El baile y la educación

El baile y la educación

La educación está destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral, afectiva y física en una persona. Por lo que educación no es solo lo que se aprende en el colegio, si no también lo que se aprende en la casa y en los ambientes donde la persona se desarrolla.

La educación va más allá que el aprenderse los colores, saber contar, restar, sumar y dividir, no es solo saberse los países, cuál es el proceso de la fotosíntesis, entre otros. La educación conlleva más allá de lo que se aprende en el colegio o centro educativo. La educación está destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral, afectiva y física en una persona. Por lo que educación no es solo lo que se aprende en el colegio, si no también lo que se aprende en la casa y en los ambientes donde la persona se desarrolla.

El impacto de las actividades extracurriculares
El realizar una actividad extracurricular, sin importar cual sea, ayudará a la persona con sus habilidades emocionales e interpersonales. De esta forma podrán abrir sus ojos a nuevos retos, nuevos amigos, nuevas experiencias y sobre todo ir creando confianza en sí mismo.

Mi primera actividad extracurricular, elegida por mi a los 3 años, fue ir a clases de ballet. No sé que me gustaba más si la danza en sí o ver a las niñas vestidas con tutus, leotardos y zapatillas, pero le dije a mi mamá que antes de ir a natación quería ir a clase de ballet y así comenzó algo que duró más de 21 años en mi vida. Y todo lo que aprendí me sigue sirviendo hasta hoy en día.

Para mi la danza es la acción o la manera de bailar, donde se van a ejecutar movimientos al ritmo de la música donde se permite expresar sentimientos y emociones. El bailar es poder conocerse a uno mismo, retar a tu cuerpo pelando contra tu mismo cuerpo, saber exigirse a uno mismo por que uno se va conociendo y sabe hasta dónde puede llegar y sabe en qué momento se puede ir exigiendo cada vez más.

Lecciones de vida
Desde los 3 años entré a una academia de ballet, donde me cambió la vida hasta el día de hoy. Parada en el salón de baile aprendí a seguir instrucciones, a seguir el ritmo de la música, a dejar que mi cuerpo se fuera al ritmo de la música, a dejar por un lado todo lo que tenía en la cabeza y enfocarme por unos minutos en mi.

Aprendí que muchas veces uno se va a caer, se va a frustrar, va a querer llorar por que no salen las cosas como uno quiere o por que uno va más atrás que el resto, sin embargo de todas esas caídas y frustraciones aprendí que uno nunca se tiene que dar por vencido, que muchas veces habrán personas que van a lograr las cosas más rápido que uno, pero que no por eso uno tiene que tirar la toalla. Pero también aprendí que si uno se esfuerza, practica y no se da por vencido puede llegar a tener el papel que tanto buscaba o estar en la primera fila o tener un papel importante en el show.

El recibir clases de danza desde mis 3 años me creo una disciplina impresionante (no podía dejar de faltar a clase o llegar tarde por que me enojaba), me hizo una persona perseverante, una persona que lucha por lo que quiere, una persona que no se queda con lo que está si no que sigue dándole para adelante hasta lograr algo mejor.

Tal vez nunca fui y nunca voy a ser la mejor bailarina de la vida, pero el baile me enseñó más cosas para la vida de lo que aprendí en el colegio. Aprendí a hacer point, a hacer Split, a levantar las piernas altísimo, a hacer arcos, a hacer fouettes, entre otros, pero me hizo crear relaciones increíbles con las personas que conocí en las diferentes academias en donde estuve, a las cuales a varias de ellas les puedo llamar hermanas ahora.

No se trata de aprender a hacer algo en específico, si no se trata de aprender las cosas que lo ayudarán a uno en la vida para poder ir siempre para adelante y querer ser cada vez mejor, sin importar lo que sea que uno haga, dar el 1000% en todo lo que uno hace y sobre todo el querer compartirlo con las personas que lo rodean a uno, el querer poder ser un ejemplo de vida haciendo cosas buenas para la vida.

Estudio en casa 
Es muy importante adecuar el espacio para que los niños puedan practicar libremente el baile o la actividad que deseen. Para ello, te recomiendo armar tu propio estudio en casa con ayuda de las alfombras de foamy. Muchas de estas actividades requieren que estés descalzo, así que el piso de foamy te brindará protección y sobretodo evitará que te deslices y golpees. Si no cuentas con una barra portátil, puedes armarla con ayuda de tubos, es muy económico y fácil de armar. ¡No te olvides de seguir practicando y dando lo mejor de ti!

 

Ana Lucía Marín 
Maestra de baile para niños

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